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viernes, 15 de abril de 2011

La tasa Robin Hood


 ¿Alguien se acuerda de la tasa Tobin? Sí hombre, sí. Aquella propuesta lanzada por el economista y premio Nobel norteamericano James Tobin en los años setenta, en plena crisis de divisas tras saltar por los aires el sistema de Bretton Woods. Y es que su razón de ser, cuando Tobin presentó su propuesta, era favorecer la estabilidad de los mercados internacionales de divisas, penalizando aquellas transacciones financieras puramente especulativas que amenazaban con desestabilizar una moneda.

Esta propuesta, que ha permanecido guardada al fondo del cajón de la economía en estas décadas de orgía desregularizadora, retorna ahora con fuerza. Y no sólo de la mano de sus clásicos defensores, los movimientos altermundialistas y ciertas ONGs, que nunca abandonaron la idea, sino también por parte de líderes políticos y económicos mundiales. Ello fundamentalmente a raíz de la crisis financiera y económica mundial en la que seguimos enfangados desde hace casi tres años, precisamente como consecuencia de esos diábolicos ejercicios de ingeneria financiera que no han creado ningún valor (más allá de los obscenos beneficios para las castas de las cities y los Wall Streets, claro). Sirva un dato como muestra: según el Banco Internacional de Pagos de Basilea, en 2010, en plena crisis, el mercado internacional de divisas movía un volumen un 20% superior al de 2007. Ello se traducía en que, del total de operaciones cambiarias que se realizaban a diario en el mundo, sólo un 2% llevan asociados intercambios comerciales. O lo que es lo mismo, sólo un 2% de esas operaciones tiene como base eso dado en llamarse la "economía real" (o lo que es lo mismo, tú empleo o el mío). De aquellos polvos nos vinieron estos lodos (si aun no lo has visto, tienes que ver el documental ganador del último Óscar: Inside Job).

El contexto actual (la ciudadanía de a pie pagando los excesos de una élite que continúa engordando sus cuentas corrientes) y el márketing (y la ONG que está impulsando la campaña con fuerza, Oxfam) han determinado que la tasa Tobin o tasa para las transacciones financieras haya sido relanzada como tasa Robin Hood.




Consistiría en gravar con una cifra próxima al 0.05 % esos grandes movimientos transfronterizos de capital, la inmensa mayoría de ellos con un marcado carácter especulativo. El objetivo sería doble: por un lado desincentivar estas actuaciones (aunque no dejo de preguntarme si un 0.05 % será precisamente un gran desincentivo) y, por otro, recaudar una nada desdeñable cifra próxima a los 300.000 millones de euros anuales con los que, entre otras cosas, podrían financiarse los Objetivos del Milenio.

En la actualidad, se está presionando para que el G-20 impulse la adopción de esta tasa, y parece que hay gobiernos tan relevantes (y amigos del populismo y el cálculo electoral, dicho sea de paso), como el francés de Sarkozy o el alemán de Merkel, que apoyan esta medida. Además, 1.000 economistas de todo el mundo (incluyendo algunos tan relevantes como Joseph Stiglitz, Paul Krugman o Jeffrey Sachs) han firmado una carta dirigida a los miembros del G-20 instándoles a dar los pasos necesarios para poner en marcha esta iniciativa.

Estos días la iniciativa está teniendo bastante repercusión mediática, no pretendo contar nada nuevo. Sólo dar difusión (en la medida de mis humildes posibilidades) a una medida interesante que parece increíble que no haya salido aun adelante (signo de los tiempos). Una de las justificaciones (lamentables) que se esgrimen es que, al final, las instituciones financieras acabarán repercutiendo esta tasa a nosotros, los ciudadanos, sus clientes. Habrá que estar vigilantes, las instituciones y nosotros. Como debiéramos estarlo siempre. ¿Has oído hablar de la banca ética? ¿Sabes que hay organizaciones que trabajan por favorecer la transparencia de nuestras empresas exigiéndoles que den cuenta de lo que hacen con nuestro dinero?

Hay que ser exigentes. No ya con los bancos, que también. Con quien debería dictarles unas reglas de juego. Con quién debería estar a nuestro servicio y no al suyo. Nuestros representantes. Actívate, y lanza tu flecha.





1 comentario:

  1. Me ha gustado muchisimo este post!

    Lo que no entiendo es como a estas alturas del juego todavia no se ha aplicado algo asi.....

    Con este post que has hecho me vienen un monton de cosas a la cabeza y que estan todas muy relacionadas y que tienen que ver con algo que me preocupa.
    Tenemos cada dia mas claro cual es el origen de esta crisis económica, y sin embargo hoy ya unos años despues de que se desencadenara, los ciudadanos nos quedamos pasmados al ver que todo ello se esta traduciendo en unas condiciones de vida cada vez peores, mientras que los que la originaron siguen ganando millones y millones..

    Y sin embargo no se hace NADA para evitar otra situacion como la que hemos vivido, al revés a la mas minima duda se inyecta dinero público en el sistema finaciero... (y hay algo que no entiendo y que decia muy bien Stiglitz en el Pais el domnigo pasado no puede funcionar un sistema que privatiza beneficios pero que socializa las pérdidas)

    De ahi que me haya encantado el tema de este post, porque somos los ciudadanos los que tenemos que exigir a los lideres politicos que sean nuestros lideres hay que difundir las cosas en las que creemos y que consideramos que son importantes, y esta tasa lo es, igual que hablar de Banca Etica como por ejemplo, Triodos Bank, porque no solo otro modelo de Banca es posible sino que es necesario, y ademas es justo y razonable, que los bancos como es el caso de esta tasa a las transacciones financieras contribuyan a cumplir con los objetivos del milenio, y acabar con la pobreza.

    Y además hay que actuar, hacer llegar aquello en lo que creemos y ser exigentes y esa es nuestra responsabilidad. :)

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