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viernes, 27 de mayo de 2011

Estado democrático y de Derecho y Plaça Catalunya.

El fenómeno de las acampadas derivadas del movimiento #15m que se habían instalado en las plazas de nuestras ciudades estaba perdiendo fuelle y no gozaban del mismo apoyo masivo que tenían las movilizaciones originales, en la medida en que se habían desviado del primigenio espíritu que reivindicaba una democracia "real" (entendiendo por ésta un modelo más participativo y transparente, alejado del bipartidismo preponderante, con otro sistema electoral...) para situarse en esa zona difusa de las asambleas que debatían y elaboraban propuestas dispares.

En post anteriores ya he hablado de ello. Creo que estas asambleas se alejan del espíritu #15m y dan munición a aquéllos que prefieren minimizarlo (cuando no ignorarlo). Mi postura es que toda esa ola de desafección ciudadana hacia una forma de hacer política y hacia una clase de políticos debería canalizarse a través de organizaciones y plataformas ciudadanas (de ONGs a otra clase de asociaciones, pasando por la constitución de think tanks o la creación de nuevas formaciones políticas, cuando no a través del ingreso dentro de las ya existente). Hay que cambiar el sistema, revolucionarlo. Pero tengo muy claro que debe hacerse desde dentro, y respetando las reglas del propio sistema.

En estas estábamos, cada uno con nuestras posturas y personales elucubraciones, cuando ha ocurrido esto:



La Generalitat de Catalunya, a través del cuerpo de policía que depende de esta institución, los Mossos d' Esquadra, ha procedido ha desalojar de la Plaça de Catalunya a las personas que allí se encontraban (prensa incluida). Y lo ha hecho por la fuerza, usando una violencia extrema e innecesaria. Las imágenes que, como nunca, hablan por sí mismas, muestran la brutalidad empleada por los mossos en su actuación. Ese grado de violencia se mide y es inversamente proporcional a la actitud mostrada por las personas disueltas: absolutamente pacífica y pasiva.

La autoridad administrativa cuenta con toda la legitimidad del estado de Derecho para proceder a ordenar el desalojo del espacio público que, por cierto, en un estado democrático puede ser ocupado, igualmente legítimamente, por los ciudadanos en el ejercicio del constitucional derecho de reunión (del mismo modo que los periodistas, igualmente agredidos, estaban allí ejerciendo un derecho). Bien es cierto que en nombre del interés general y el orden público, ese derecho (que, como todos, no es absoluto) puede y debe ser matizado.

Para desalojar del espacio público a un grupo de personas allí reunidos y que no oponen ninguna resistencia, más allá de la pasiva, los mossos d'esquadra podrían haber optado por desalojar a los concentrados uno a uno llevándoselos de allí en volandas. Esa es toda la fuerza a la que estaban constitucional, legal y moralmente autorizados a emplear. Otra cosa es lo que la "autoridad competente" hubiera autorizado. Por tanto:

1º Debiera comparecer y dar explicaciones el máximo responsable del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, y hacer público qué órdenes tenían.

2º Debiera comparecer y dar explicaciones el máximo responsable de seguridad y orden público del Govern de Catalunya (sin obviar el principio de responsabilidad colegiada de los órganos de gobierno), y hacer público qué órdenes se habían transmitido a los mossos.

3º Debieran depurarse responsabilidades, políticas, administrativas y profesionales abarcando desde el policía que agrede al ciudadano hasta lo más alto de la cadena de mando.

4º Los partidos políticos, asociaciones y demás colectivos que están solicitando una intervención de similares características en otras acampadas debieran explicar si justifican el uso de la fuerza desplegado en Barcelona esta mañana.

5º Asociaciones profesionales de policía, asociaciones de prensa, partidos y grupos políticos y asociaciones y plataformas ciudadanas en general debieran adoptar las pertinentes medidas en todos los estamentos posibles (juzgados, instituciones públicas, etc.) para que se investiguen los hecho, se depuren responsabilidades y se reivindique el estado democrático y de Derecho que, se supone, es España. En particular, debieran tomar cartas en el asunto con carácter inmediato el Parlamento de Catalunya y el Sindic de Greuges.

El #15m reivindicaba una democracia real. Las imágenes de hoy son más propias de un pasado en blanco y negro (de "grises") o de otras latitudes a las que habitualmente acostumbramos a dar lecciones de democracia. Pero no, era nuestra España, la pujante Cataluña. Somos nosotros, pero no es lo que queremos.

Probablemente las acampadas se revitalizarán gracias a tan desgraciados acontecimientos. Lo que está claro es que una democracia se construye y defiende cada día. Hay que participar, hay que implicarse, hay que defenderla. Si crees en y quieres un estado democráctico y social en el que te veas representado por las leyes de su Derecho, actívate y participa.

Un estado así no es una quimera; la democracia no es ninguna utopía. Pero requiere de una ciudadanía militante. Milita.

jueves, 26 de mayo de 2011

Puesta de Sol, nuevo amanecer.

Se celebraron las elecciones del pasado domingo y las urnas tomaron, en forma de votos y abstenciones, el pulso de la sociedad española. Sobre los resultados no pretendo hacer ninguna reflexión demasiado profunda, puesto que ya han debido ser hechas todas las posibles por partidos, medios, comentaristas y ciudadanos. Simplemente subrayaré aspectos fundamentales (por cierto, en la web de rtve han publicado un microscopio del voto, fantástico proyecto de visualización de datos basado en fundamentos de open data y desarrollado por la start up española Vizzuality).

En primer lugar, la participación. Muy similar a la de los anteriores comicios. Se temía que una masa enorme de electores se quedara en casa y ejerciera su derecho a la abstención, pero no ha sido así. Ha votado un porcentaje superior al de las últimas eleccione locales en algo más de dos puntos (el 66,23%). Si es que alguna vez existió, la campaña pro-abstención no parece haber tenido éxito. Más allá de ratificarse el hecho de que una tercera parte de los electores sigue prefiriendo quedarse en casa, claro.

Y de los que se acercaron a votar, un 1,70% votó nulo y un 2,54% lo hizo en blanco (frente al 1,17% y el 1,92% de las anteriores elecciones locales), lo que supondría que la suma de estos dos conceptos equivaldría a la cuarta fuerza más votada (lo que suena muy espectacular). Resulta curioso la atención que se ha prestado a este factor en estos comicios (de lo cual me alegro mucho, porque ha permitido explicar esas partes más oscuras del sistema electoral) pero, no nos engañemos, sus efectos han sido similares o equivalentes a los de procesos anteiores, a pesar de haber subido algo su porcentaje.

En segundo lugar, el ascenso de "terceras" fuerzas políticas nacionales, como UPyD o IU. En el caso de los primeros, muy notable al mejorar sus resultados anteriores (últimas generales y europeas). Más discreto en el caso de los segundos, que en un contexto en el que el PSOE se ha desangrado no han sido capaces de atraer a una mayoría de esos antiguos votantes socialistas.

En tercer lugar, el retroceso de las fuerzas políticas nacionalista y regionalistas. Todas ellas, sin excepción, han perdido cuota (salvando el caso de Bildu, claro). Aunque no se celebraban autonómicas ni en Cataluña, País Vasco o Galicia, si que se celebraban locales. Ni CIU, ni PNV o BNG han alcanzado los resultados de 2007. Pero tampoco la UPL en Castilla y León, el PAR o la CHA en Aragón, CC en Canarias... ¿Pierden fuelle los discursos localistas?

En cuarto lugar, el hundimiento del PSOE, al que la gestión de la crisis le pasa una factura de millón y medio de votos que han pagado sus candidatos locales y autonómicos pero que ha sumido al partido que sustenta el Gobierno de España en un estado de shock.

En quinto lugar, el ascenso del PP a la mayor cuota de poder municipal y autonómico de su historia (y de la historia de la democracia española). Del bipartidismo se ha pasado a un monopartidismo que pinta de azul el mapa de España. El espacio político español de la derecha (del centro-derecha a la extrema derecha) aparece aparentemente tan compacto y estable como siempre (ya lo decía El Roto hace poco), más allá de los votos que pueda pescar allí UPyD, que se nutre de votos a ambos lados. 

Es en la izquiera donde se ha fragmentado el espacio político. El retroceso del PSOE y su aparente incapacidad para recuperarse del golpe (más allá del cambiar para que todo siga igual), hace que parte de su espacio pueda ser ocupado por otras fuerzas, existentes o nuevas. Una de las máximas candidatas a ello sería IU (si se asimila la premisa de que una gran parte del electorado socialista que abandonado al PSOE lo ha hecho por no seguir éste una hoja de ruta "de izquierdas"). Pero el de IU a escala nacional parece que es un proyecto gastado sujeto a una perenne refundación que nunca llega. Sus resultados en estas elecciones, teniendo en cuenta el contexto, deben ser considerados como pobres. Y el proyecto de UPyD habrá que ver dónde llega cuando se acabe el sectarismo y populismo de Rosa Díez y su discurso "nacional". Es cierto que aun no han tocado techo electoral (han ido mejorando sus resultados) pero veamos qué discurso proyectan ahora que van a tener más visibilidad, más allá del "ni rojo ni azul, magenta".

Existe espacio político para alguna nueva formación que traiga no sólo el aire fresco de la novedad, sino nuevas propuestas que conformen un proyecto político sólido con vocación de ser compartido por toda esa inmensa cantidad de ciudadanos decepcionados que represente una alternativa a las gastadas y manidas propuestas de siempre. Una alternativa que refleje sus inquietudes y sus deseos, que siente las bases para una mayor y mejor democracia. Que dinamice y revitalice el espectro político favoreciendo que las fuerzas tradicionales abandonen su inmovilismo. Que contribuya a una necesaria regeneración política.

Porque si algo ha demostrado el movimiento #15m es que los ciudadanos (al menos un alto porcentaje) están muy cansados de una forma de hacer política y de una clase de políticos; pero que no sólo es que quieren política, sino que quieren más política. Dicho esto, añadiré que para mi hay diferencias entre el #15m y #acampadasol. Diferencias que no deberían obviarse. El primero reflejaba ese mensaje de desafección y deseo de cambio lanzado por la ciudadanía a los políticos, abogando por más y mejor democracia, por sentirse más y mejor representados, por mostrar un anhelo de participación. El segundo es un movimiento que ha llegado a un estadio posterior y que se ha encerrado en un callejón sin salida y un punto incoherente al pretender elaborar un programa de propuestas que, necesariamente, serán parciales, deslavazadas y no compartidas por en su totalidad por la mayoría.

No se puede afirmar que no se representa a nadie pero, al mismo tiempo, se elaboran propuestas que se presentan como exigencias para la clase política. ¿En nombre de quién? Las características a las que hacía referencia antes (parciales, deslavazadas, no compartidas) harán que los políticos critiquen con desdén desde su atalaya el movimiento, ninguneándolo y valiéndose de ello para obviar lo más importante, lo que unió a tanta gente: la denuncia del sistema político, el bipartidismo, el deficiente sistema electoral, la falta de cauces de participación, la lejanía de los partidos en relación a los ciudadanos...

Como decía, ha de canalizarse lo que no es sino un anhelo de política, entendido como recuperación de la participación e interés ciudadano en los asuntos públicos, hacia nuevas plataformas que se integren dentro del sistema para así modelarlo desde dentro. Las revoluciones sólo pueden hacerse desde dentro.

El mayor exponente, para mi, es Equo. Nacido desde el seno de la sociedad civil, abierto a todos, participativo y con el objetivo declarado de hacer de temas como el ecologismo político, la equidad social o la defensa de los derechos humanos ejes permanente del debate político. ¡Es el momento!




Manifiesto de Equo


Únete a Equo

sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexiona, que algo queda.

Un terremoto, un tsunami, una riada, una explosión... Se agotan los epítetos con los que definir el fenómeno social que ha tomado las calles de muchas ciudades de este país (y de numerosas capitales extranjeras) bajo el lema "Democracia Real Ya". Está sorprendiendo cómo se está sosteniendo en el tiempo una protesta que, a pesar de no contar con ninguna estructura detrás, está funcionando y organizándose mejor que bien, llegando a poner en un brete a medios de comunicación, formaciones políticas y Gobierno.

A los medios de comunicación porque les han ignorado hasta que ha sido evidente que no eran invisibles, tomando las calles (ya comentamos el nulo eco que los medios convencionales se habían hecho del 15M). Y, una vez que han puesto el foco en la noticia, a pesar de los intentos infructuosos de la mayoría de "informadores" convencionales por etiquetar al movimiento, buscarle líderes, manos negras, desvirtuar su legitimidad (con ese simplista "qué proponeis" de los primeros días) o colocar en su boca mensajes que no eran tales (como que se pedía explícitamente la abstención o el voto en blanco). Sin embargo, este movimiento-red, desestructurado y sin núcleo ha conseguido repeler estos ataques (y también alimentar la creatividad cómica de Intereconomía, por qué no decirlo). Por cierto, chapeau a la cobertura que ha venido desarrollando Periodismo Humano. Hay que apoyar iniciativas así, que tanto aportan al pluralismo informativo.


  Concentración en Valladolid, Fuente Dorada, 20-05-2011

A las formaciones políticas porque han irrumpido en una campaña vacua (que arrancaba con los dimes y diretes sobre Bildu, de la que parece que nos hemos olvidado todos, con lo que peligraba nuestra democracia...), rompiéndola literalmente con un mensaje cargado de política y que está fomentando el debate cómo hacía tiempo que no ocurría. Todas las formaciones se han visto sorprendidas por unos acontecimientos que no se sabe muy bien qué repercusión pueden tener en las elecciones de mañana. El PSOE temía un hundimiento aun mayor de sus resultados, en la medida en que parece evidente que la movilización es llevada a cabo entre potenciales votantes de izquierda, no de derecha. En consecuencia con ello, el PP se frotaba las manos. Sin embargo las cosas no están tan claras. Mi percepción es que esta "revolución" ciudadana se puede traducir en una mayor movilización del electorado, es decir, gente que en circunstancias normales el domingo se quedaría en casa es muy posible que ahora vaya a votar. Ni a PSOE ni a PP, parece claro. Está por ver si apostarán por el voto en blanco (que favorecerá al PP, fundamentalmente, aunque también al PSOE) u opciones minoritarias, que diluirán el voto pero que pueden deparar sorpresas, sobre todo si se concentran en  formaciones como IU, que podría erigirse como la gran beneficiada, si es que no se pasa de frenada en estas horas en su intento de capitalizar un movimiento #15M del que era tan ajeno y preveía tanto como PSOE, PP o cualquier otra formación (como UPyD, que con la siempre oportunista Rosa Díez a la cabeza no quiere dejar de pescar en las aguas de un río tan revuelto). Es decir, nada.

Y al Gobierno porque, una vez que la Junta Electoral Central prohibió ayer las manifestaciones y concentraciones, se ha visto ante la disyuntiva de disolverlas (cumpliendo la resolución de la JEC) o no (teniendo que soportar el chaparrón proveniente desde el TDT party y los medios afines al PP, junto con este último, que piden algo tan aberrante como imposible; que se lo digan al señor Acebes que tuvo el suficiente sentido común como para no disolver las concentraciones del 13 de marzo de 2004) , dejando que estos miles de personas ejerzan pacíficamente como lo están haciendo su constitucional derecho de reunión.

Desde mi punto de vista, estos días estamos teniendo la oportunidad de asistir a uno de los espectáculos más bellos de la democracia española. Al menos para la gente de mi generación, los que nacimos con la Constitución de 1978 ya aprobada y con una democracia por la que tanto lucharon nuestros padres como mejor herencia. Mucho se ha hablado de la apatía y el desinterés generalizado de la sociedad española y, muy particularmente, de sus jóvenes, narcisitas, individualistas y poco comprometidos. Bueno, parece que este movimiento de entrada ha servido para desmontar ese cliché. La gente no sólo se echa a las calles para celebrar un mundial de fútbol. La gente tiene conciencia colectiva y se sienten ciudadanos sabedores de sus derechos que cuentan con la suficiente determinación para ejercerlos. Y no sólo eso. La gente cree en la política y quiere política, sólo que de otra manera.

 Concentración en Valladolid, Fuente Dorada, 19-05-2011

Qué sensación de profundo orgullo ver convertidas nuestras plazas en ágoras donde los ciudadanos se reúnen para hablar de política. Para debatir sobre la realidad y soñar el futuro. Y para decir muy alto a nuestros representantes que tienen que escucharnos, que queremos ser partícipes del juego. Ésta sí que está siendo una auténtica fiesta de la democracia.

Hoy es la denominada jornada de reflexión, probablemente otro anacronismo más que sólo tiene sentido para silenciar la melopea de la campaña de los partidos aunque, hoy en día e internet mediante, ni eso. Cada día debe ser una jornada de reflexión. Creo que ya lo he repetido muchas veces en este blog: como ciudadanos tenemos la obligación de ser activos, intentar informarnos y fiscalizar la actuación de nuestros representantes para exigirles las debidas responsabilidades. Democracia no es votar cada cuatro años. Es ejercer la ciudadanía cada día.

Yo soy de los que piensa que, como ciudadano, mañana es un día importante, como cada vez que se abren las urnas. Y hay que votar. Eso sí, lo que a cada uno le parezca después de haber reflexionado. Y para eso no hace falta este día. Ni los quince de campaña. Votar a cualquiera de las opciones concurrentes, votar en blanco o votar nulo, sabiendo lo que supone cada opción. Desde luego no seré yo el que abomine del voto en blanco o nulo, tan bueno y válido como cualquier otra opción. Sus efectos perversos son fruto de un sistema electoral definido por las dos grandes fuerzas políticas y que, sistemáticamente, se niegan a revisar. No tienen la autoridad moral para deslegitimar ninguna opción. Eso sí, acércate hasta tu colegio electoral, aunque eres libre para optar por la pasividad de quedarte en casa.

 Viñeta de Forges, 21-05-2011

¿Y a partir del lunes? Bueno, a partir del lunes hay que seguir reflexionando, porque lo que está pasando estos días es algo demasiado grande como para que se quede reducido a una anécdota o se vea sumido en una frustación colectiva. Y hay que actuar. De la reacción hay que pasar a la acción. El mayo español del 2011 debe ser el punto de partida hacia un nuevo modelo democrático. Representativo, sí, pero participativo también. La tecnología está de nuestra parte. Sólo falta que los partidos políticos hayan tomado buena nota y recojan el guante. Y que los ciudadanos sigamos con estas ganas de participar, de implicarnos, de aportar. Así es cómo se cambian los sistemas, así es cómo se evoluciona. Así es cómo funciona una sociedad.

viernes, 20 de mayo de 2011

Memoria de jóvenes airados.

Nosotros que somos los de entonces
los que no tenemos dónde,
los que siempre hablamos solos...

Nosotros que no formamos parte

decidimos seguir al margen
viviendo en el alambre

Memoria de jóvenes airados

vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

Cautivos, en reinos conquistados

donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

memoria de jóvenes airados....


Nosotros que estamos siempre alerta

marcamos la diferencia
sin haceros reverencias

vivimos, caminamos sin aliados

amamos como soñamos
soñamos siempre armados

Memoria de jóvenes airados

vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

cautivos, en reinos conquistados

donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

Memoria de jóvenes airados...


miércoles, 18 de mayo de 2011

#15M: la activación de la ciudadanía.

Cerrábamos el post anterior señalando que los partidos políticos tradicionales y la forma tradicional de hacer política empezaba a ser puesta en entredicho de manera evidente, con objeto de las convocatorias simultáneas de "Democracia Real Ya" en más de cincuenta ciudades, y que se tradujo en que se echaron a la calle decenas de miles de personas que mostraban su desafección frente al actual sistema partitocrático.

En estos días los medios de comunicación tradicionales han pasado de ignorar estos movimientos tectónicos sociológicos a justo lo contrario (manipulación y ciencia ficción incluida). La semana pasada, de manera reiterada, el #15m y sus hastags herederos fueron trending topic en Twitter un día detrás de otro, pero los medios de comunicación (salvo honrosas excepciones como la de Público) apenas se hicieron eco. Y eso que llevan ya un tiempo convirtiendo en noticia "sucedidos" varios que se han dado en esta red social. No fue hasta que se vio el éxito de las convocatorias cuando decidieron hacerse eco de las mismas y, por lo tanto, hacerlas llegar al mundo que se sitúa al otro lado de la brecha digital.

Ahora se ha pasado al otro extremo, y no hay editorial de periódico o tertulia radiofónica que se precie que no trate el tema. Magnificando y distorsionando un fenómeno que debe tomarse como lo que es: ciudadanos de muy distinto perfil e intereseses se han "activado" para mostrar su desafección frente a la política de este país o, mejor dicho, el modo de hacer política en este país, secuestrada por los dos grandes partidos, el PPSOE. Algo que los ciudadanos ya llevan diciendo hace tiempo cuando el CIS les pregunta por los principales problemas que afronta España y, sistemáticamente, colocan a la política y los políticos en los primeros puestos.

 Viñeta de El Roto, 17-05-2011

Evidentemente la crisis, el paro, los rescates a los bancos, los recortes sociales, los deshaucios hipotecarios, la corrupción, la falta de transparencia... eran motivaciones que animaban a los participantes en las marchas del domingo (y de muchas personas que se quedaron en casa y volverán a hacer lo porpio el próximo domingo). Pero que nadie se lleve a engaño, el único sustrato común que sirvió para aglutinar a una heterogeneidad así de gente fue (es) el rechazo a lo que de manera tan simplista como gráfica viene llamándose sistema bipartidista. Punto.

Mucha gente no se siente representada por unos políticos que no funcionan más que como engranajes de una pesada y alejada maquinaria: sus partidos. Partidos que no se sabe muy bien qué quieren, qué defienden y a quién representan. Aunque las tres preguntas probablemente puedan responderse con una palabra: poder.

Los ciudadanos sólo existimos cuando llega el momento de votar. Y ese momento es un "conmigo y contra el otro". Ya no se tiene ni la deferencia de presentar un proyecto que justifique el apoyo. Se pide el voto para evitar que el otro alcance/siga en el poder. Llevamos así muchos años y tenía que llegar un momento en que se prendiera la chispa.

En este sentido la crisis económica va a funcionar como oportunidad, en la medida en que se está viendo a los políticos más alejados de la realidad ciudadana que nunca. Especialmente al que ocupa el poder, claro.

En el PP se frotan las manos. Piensan que el 22M una gran parte del electorado socialista va a quedarse en casa o va a diluir su voto en formaciones más pequeñas. Ya se sabe, a ganar por incomparecencia del electorado socialista, "que a los míos los tengo tan movilizados como siempre". El PSOE lo sabe, y entona ese lamento conocido y gastado del "hay que votar (a mi, el voto útil, claro) para evitar que llegue la derecha". Precisamente de ese discurso de unos y otros es de lo que mucha gente se ha hartado. ¿No es surrealista ir a votar a tu alcalde en un contexto así?

 Viñeta de Peridis, 17-05-2011

Por otra parte, hay que ser consciente de que van a plantear estas concentraciones como el juego exclusivo de jóvenes radicales, antisistemas, "perroflautas", "aburguesados"... De todo se está oyendo en los medios de comunicación. Repito, se trata de una heterogeneidad de personas, aunque mayoritariamente jóvenes, con distintos perfiles e intereses a los que une una profunda desafección hacia la política nacional en que se traduce el turnismo político PSOE-PP.

También resulta chocante ver a IU ponerse al frente de las movilizaciones. Tras años de perennes luchas internas que han alejado a la formación de la supuesta refundación que quería acometer para volver a la realidad, se ha encontrado con el paso cambiado y en un momento en que puede verse obligado a compartir su espacio político con formaciones de nuevo cuño. Desde luego se va a ver muy favorecido por este movimiento, pero que no piensen que van a cabalgar esta ola sin más. En estas elecciones locales sus proyectos y candidatos locales llegan más a los electores. En cambio, ¿cuál es su proyecto nacional?

Las concentraciones del #15m auguran el comienzo del cambio a un nuevo modelo o, mejor dicho, a una adaptación del actual. La democracia representativa no va a desaparecer, pero va a mutar hacia un modelo mucho más participativo en el que las nuevas tecnologías van a jugar un papel determinante favoreciendo la interacción del poder político con los ciudadanos, elevando las cotas de transparencia y de responsabilidad gracias a los principios del gobierno abierto.

Ello va a exigir, a su vez, una reforma de las actuales estructuras de representación, modificando el sistema electoral para hacerlo más representativo; eliminando instrumentos como el de las lista cerradas y actualizando elementos como la mal llamada disciplina parlamentaria de grupo, para favorecer la responsabilidad del representate frente a sus representados; revitalizando herramientas como la iniciativa legislativa popular para favorecer y facilitar su uso, etc.

Todo ello necesita de una ciudadanía activa, crítica, vigilante y participativa. Que esté dispuesta a ejercer una función fiscalizadora para con sus representantes, pero que esté dispuesta también a mojarse, a participar, a promover el cambio y, dado el caso, a cruzar la línea y pasar de ser representado para ser representante. Para ello no hace falta convertirse en político, necesariamente. Puede hacerse desde organizaciones sociales y ciudadanas a través de las que aglutinar importantes corrientes sociales. No puede haber mayor lobby que el de la propia ciudadanía.

Dadas las circunstancias, el mayor ejercicio de reacción que podemos poner en marcha para poner de relieve nuestra indignación es ir a votar el domingo para llenar las urnas. Demostrar que seguimos creyendo en nuestra democracia, pero no en sus grande partidos y en su manera de hacer política. Estamos en el contexto de unas elecciones municipales y autonómicas, no es cualquier cosa. Al final son las administraciones cuya actuación (o inacción) más nos afecta. Vota aquél proyecto que más te seduzca. Pero como probablemente eso no ocurra cuando analices las candidatutas de PPSOE, que han hipotecado a sus candidatos y sus proyectos con una campaña en clave nacional y una apuesta limitada a su "marca", simplemente, no les votes.

 Viñeta de MEL, 14-05-2011

Yo no defiendo exactamente el #nolesvotes, aunque comparto su filosofía. Pero ellos nacen como reacción a algo tan concreto como la Ley Sinde. Y la gran reacción debe ser frente al modelo político partitocrático del que es fruto. No votes PPSOE (salvo que tengas la suerte de que en tu ciudad presentan un proyecto auténtico, que lo dudo). Vota opciones minoritarias que puedan convencerte. Y, si no, simplemete vota en blanco o nulo, aunque indirectamente favorezcas los resultados de las grandes formaciones. Pero vota.

Y a partir del 23M, actívate de verdad y participa. Desde la sociedad civil y, si te ves con fuerzas, desde los partidos. Los partidos políticos los forman personas y deberían ser lo que éstas quieran que sean. Incluso nacerán nuevas formaciones que están por hacer y que te permitirán tener voz y aportar tu granito de arena para derrumbar las murallas del sistema electoral y entrar de lleno en la fortaleza de la política nacional, abriéndola a la ciudadanía.

Mi apuesta y esperanza está clara: Equo.

Como estos día he leído, la política es aquello que ocurre mientras los partidos políticos están de campaña. Por cierto, genial la viñeta de El Roto de hoy en El País:

miércoles, 11 de mayo de 2011

22M: ¿elecciones generales?

El próximo domingo 22 de mayo los ciudadanos de este país tenemos una nueva cita con las urnas, en este caso para elegir a nuestros representantes en los ayuntamientos y en la mayoría de los parlamentos autonómicos. Una nueva fiesta de la democracia, si tiramos de manido tópico. Sin embargo, sospecho que el ambiente no será precisamente de fiesta, y que muchos ciudadanos no acudirán a la cita o bien lo harán desmotivados, apáticos y faltos de ilusión. No es para menos. Tenemos que elegir a las personas que van a regir el destino de nuestras ciudades y de nuestras Comunidades Autónomas y, sin embargo, parece que nos enfrentamos a unas elecciones generales.

Viñeta de Vergara, 10-05-2011

Por un lado por el papel de los dos grandes partidos políticos, especialmente el PP, ansioso por convertir los resultados del 22M en una suerte de plebiscito a su favor que siente las bases para su desembarco en La Moncloa. Pero también por parte del PSOE que, a pesar de su eslogan (Para que gane tu ciudad) y su pretendida estrategia de centrase en "lo local", no está desaprovechando la oportunidad de utilizar los desbarres de dirigentes populares (por supuesto no puestos en cuestión por el señor Rajoy) para tocar la corneta y llamar a las urnas a sus simpatizantes para frenar a "la derecha más a la derecha de Europa". O si no, no se entiende el discurso de sus "cabezas de cartel" (empeñados en hablar de la política nacional, como Rubalcaba o Chacón).

Por otro lado, está claro que los medios de comunicación están jugando un papel determinante a la hora de trasladar esta imagen, esta sensación. Lo que se ve reforzado con la regulación de la cobertura informativa electoral que las televisiones han de dar a los distintos partidos políticos en función de su representatividad, tema que ya tratamos en un post anterior y que sirve para asentar la imagen de que sólo existen estas dos grandes formaciones políticas, condenándose al ostracismo a las minoritarias. Así que se refuerzan sus mensajes simples y simplistas de confrontación y no se habla de nuestras ciudades y de nuestras Comunidades Autónomas.

Tengo la íntima convicción de que no interesa que se hable, que se analicen las cosas, que se debata. Cuanto más sencillo y plano el discurso, mejor. Se apela a los sentimientos (por desgracia algunos lo hacen a la bilis), más que a la razón. Es lo malo de presentar las cosas desde dos ópticas, únicamente. De hacer de la política un blanco o negro, un conmigo o contra mí (aunque unos abusan más que los otros de esta táctica, todo sea dicho). Esto no es un partido de fútbol y, por tanto, no debería tratarse a los ciudadanos como forofos que deben apoyar a uno u otro equipo.

Viñeta de Forges, 03-03-2011

Por eso, quizá, apenas hay debates (aunque unos se prestan menos a debatir que los otros, todo sea dicho) y los que hay están tan encorsetados que no responden a ese concepto. O se limita la capacidad de acceso a la información de los medios (y, por tanto, de los ciudadanos) distribuyendo material gráfico y de video (debidamente editado para que entre la frase deseada en el telediario) en exclusiva de sus actos públicos. O se hace de ese engendro que son las ruedas de prensa sin preguntas un hecho cotidiano (de nuevo, unos más que los otros, todo sea dicho) al que, por fin, parece que los medios quieren plantar cara (iniciativa #sinpreguntasnocobertura). De manera consecuente, y salvo honrosas excepciones, el uso que los grandes partidos políticos y sus candidatos hacen de las redes sociales no pasan de ser ejercicios de marketing narcisista. No entienden, salvo honrosas excepciones, el carácter bidireccional de estos canales en los que se exponen al mismo nivel que cualquier otro ciudadano, como si bajaran a la calle y fueran interpelados por algunos transeuntes. No se trata sólo de promocionar su candidatura. Ni siquiera de difundir su programa, que también. Tienen que estar abiertos a recibir un feedback de una manera natural. Para la propaganda ya están los bloques electorales de los telediarios, como decíamos.

Me duele que se pervierta de esta manera el sentido último de unas elecciones autonómicas y locales especialmente relevantes en un contexto como el actual, ya que estas dos administraciones son las que están más directamente implicadas en la prestación de los servicios públicos que la crisis que atravesamos está erosionando (da para otro post reflexionar sobre por qué después de treinta años de estado autonómico, con el volumen competencial gestionado por estas administraciones, parece que aun los ciudadanos no hemos asimilado lo que representa el modelo). Se debiera evaluar si la gestión desarrollada por nuestros regidores locales y regionales ha sido acertada o no; si su comportamiento ha sido ético o no; si tienen un proyecto o un modelo de futuro que vaya más allá de la marca o las siglas de su partido o si representan una alternativa...

Se siembra más hastío, más desafección... más statu quo.

En entradas anteriores ya hablábamos de que algo se mueve. Este domingo se han convocado por toda España movilizaciones. Se trata del movimiento Democracia Real Ya. Llama la atención que son jóvenes, tradicionalmente poco activos políticamente. Vienen azuzados por convocatorias anteriores como la de Juventud Sin Futuro y los fenómenos de los libros Indignaos y Reacciona, ampliamente difundidos en las redes sociales. Y su manifiesto, que podrá ser compartido en mayor o menor parte, ante todo demuestra una cosa: algo se mueve. Y lo hace al margen de la ortodoxia partitocrática (pero desde dentro del sistema). Seamos conscientes. Los partidos políticos tradicionales y la forma tradicional de hacer política empieza a ser puesta en entredicho. Atentos.