Twittea este post

miércoles, 2 de marzo de 2011

Adiós a las Cajas

Vaya por delante que no soy ningún experto en economía así que lo aquí expresado (como, por otra parte, todo en este blog) no es más que fruto de mi humilde opinión, tamizada por la información que leo cada día en los medios tradicionales de la prensa y los ya convencionales de la blogosfera.

Leo que Caja Duero-Caja España, la "fusión fría" de las dos principales cajas de Castilla y León, asume abiertamente su incapacidad para cumplir con los nuevos estándares fijados por el Gobierno mediante, ni más ni menos, Real Decreto-Ley, siguiendo los dictados de los etéreos mercados financieros. Y por ello parece que se integrará en Mare Nostrum, el Banco del SIP (Sistema Institucional de Protección) liderado por Caja Murcia.

En poco más de un año la pata del sistema financiero español apoyado en las cajas de ahorro ha saltado por los aires. Cosas de la crisis, que tiene el poder de modificar lo que se consideraba inmutable y no era objeto siquiera de discusión. Es una versión de ese clásico aforismo que dice que toda crisis es una oportunidad.

Sin embargo no me gusta el enfoque que se está dando a las cosas. La crisis se está revelando como una oportunidad increíble para terminar de asentar y llevar a sus últimos extremos la doctrina del pensamiento único, aprovechando la incapacidad de nuestros dirigentes para gestionar la realidad y, por qué no decirlo, nuestra asombrosa pasividad, que está haciendo posibles y aceptables cosas que si hace unos años nos hubieran consultado, consideraríamos tan imposibles como inaceptables.

No me gusta esta insoportable inevitabilidad de la realidad tras la que se parapetan muchos para apenas justificar (y razonar) muchas de las medidas que se están tomando.

Para no perder el hilo, vuelvo a las cajas. Yo nunca he sido un enérgico defensor de este modelo, precisamente. Las cajas de ahorro siempre me han parecido entidades financieras extraordinariamente politizadas, lo que las convertía en muy ineficientes y en un instrumento más de la lucha política de partidos. Sin embargo tenían dos virtudes innegables: por un lado, representaban un elemento de vertebración  y dinamización interterritorial muy relevante; y, por otro, desarrollaban una labor fundamental (sin perjuicio de que su destino fuera criticable en muchas ocasiones) a través de su obra social (más de 2.000 millones de euros anuales destinados a la protección y recuperación de nuestro patrimonio, a cultura, a fines de protección social...).

La mal llamada "reordenación" del sistema financiero de nuestras cajas se está traduciendo en la privatización manu militari de las mismas y en el punto final a un sistema que no desaparece porque fuera discutible su funcionamiento o existencia, sino como consecuencia de la crisis. Un sacrificio más en sus altares. Y esto significa que se hace sin apenas debate ni reflexión ni, por supuesto, explicación a los pasivos ciudadanos de por qué en un momento en que las administraciones públicas están recortando servicios y prestaciones, a ello se va a sumar la casi segura desaparición de la inversión desarrollada por estas entidades, que van a cambiar su tradicional vinculación localista a un territorio por la de la procedencia del dinero de los fondos de inversión extranjeros  (chinos y árabes, fundamentalmente) que, probablemente y aprovechando nuestras prisas, pescarán en las aguas de nuestro río revuelto a precios de saldo (con las bendiciones de nuestro Banco de España).

De momento Caja España-Caja Duero deja de ser "la gran caja de Castilla y León", para diluirse en un engendro que acabará fagocitando su naturaleza original. Todo ello a pesar de los chovinistas esfuerzos de la Junta de Castilla y León por mantener su identidad (como han intentado el resto de gobiernos autonómicos, por otra parte).

Si una cosa está clara, es que la política sucumbe ante la economía en esta crisis. Otra vez.


1 comentario:

  1. Y lo mejor ... quién está acometiendo esta privatización? Ver para creer ...

    ResponderEliminar