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viernes, 27 de mayo de 2011

Estado democrático y de Derecho y Plaça Catalunya.

El fenómeno de las acampadas derivadas del movimiento #15m que se habían instalado en las plazas de nuestras ciudades estaba perdiendo fuelle y no gozaban del mismo apoyo masivo que tenían las movilizaciones originales, en la medida en que se habían desviado del primigenio espíritu que reivindicaba una democracia "real" (entendiendo por ésta un modelo más participativo y transparente, alejado del bipartidismo preponderante, con otro sistema electoral...) para situarse en esa zona difusa de las asambleas que debatían y elaboraban propuestas dispares.

En post anteriores ya he hablado de ello. Creo que estas asambleas se alejan del espíritu #15m y dan munición a aquéllos que prefieren minimizarlo (cuando no ignorarlo). Mi postura es que toda esa ola de desafección ciudadana hacia una forma de hacer política y hacia una clase de políticos debería canalizarse a través de organizaciones y plataformas ciudadanas (de ONGs a otra clase de asociaciones, pasando por la constitución de think tanks o la creación de nuevas formaciones políticas, cuando no a través del ingreso dentro de las ya existente). Hay que cambiar el sistema, revolucionarlo. Pero tengo muy claro que debe hacerse desde dentro, y respetando las reglas del propio sistema.

En estas estábamos, cada uno con nuestras posturas y personales elucubraciones, cuando ha ocurrido esto:



La Generalitat de Catalunya, a través del cuerpo de policía que depende de esta institución, los Mossos d' Esquadra, ha procedido ha desalojar de la Plaça de Catalunya a las personas que allí se encontraban (prensa incluida). Y lo ha hecho por la fuerza, usando una violencia extrema e innecesaria. Las imágenes que, como nunca, hablan por sí mismas, muestran la brutalidad empleada por los mossos en su actuación. Ese grado de violencia se mide y es inversamente proporcional a la actitud mostrada por las personas disueltas: absolutamente pacífica y pasiva.

La autoridad administrativa cuenta con toda la legitimidad del estado de Derecho para proceder a ordenar el desalojo del espacio público que, por cierto, en un estado democrático puede ser ocupado, igualmente legítimamente, por los ciudadanos en el ejercicio del constitucional derecho de reunión (del mismo modo que los periodistas, igualmente agredidos, estaban allí ejerciendo un derecho). Bien es cierto que en nombre del interés general y el orden público, ese derecho (que, como todos, no es absoluto) puede y debe ser matizado.

Para desalojar del espacio público a un grupo de personas allí reunidos y que no oponen ninguna resistencia, más allá de la pasiva, los mossos d'esquadra podrían haber optado por desalojar a los concentrados uno a uno llevándoselos de allí en volandas. Esa es toda la fuerza a la que estaban constitucional, legal y moralmente autorizados a emplear. Otra cosa es lo que la "autoridad competente" hubiera autorizado. Por tanto:

1º Debiera comparecer y dar explicaciones el máximo responsable del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, y hacer público qué órdenes tenían.

2º Debiera comparecer y dar explicaciones el máximo responsable de seguridad y orden público del Govern de Catalunya (sin obviar el principio de responsabilidad colegiada de los órganos de gobierno), y hacer público qué órdenes se habían transmitido a los mossos.

3º Debieran depurarse responsabilidades, políticas, administrativas y profesionales abarcando desde el policía que agrede al ciudadano hasta lo más alto de la cadena de mando.

4º Los partidos políticos, asociaciones y demás colectivos que están solicitando una intervención de similares características en otras acampadas debieran explicar si justifican el uso de la fuerza desplegado en Barcelona esta mañana.

5º Asociaciones profesionales de policía, asociaciones de prensa, partidos y grupos políticos y asociaciones y plataformas ciudadanas en general debieran adoptar las pertinentes medidas en todos los estamentos posibles (juzgados, instituciones públicas, etc.) para que se investiguen los hecho, se depuren responsabilidades y se reivindique el estado democrático y de Derecho que, se supone, es España. En particular, debieran tomar cartas en el asunto con carácter inmediato el Parlamento de Catalunya y el Sindic de Greuges.

El #15m reivindicaba una democracia real. Las imágenes de hoy son más propias de un pasado en blanco y negro (de "grises") o de otras latitudes a las que habitualmente acostumbramos a dar lecciones de democracia. Pero no, era nuestra España, la pujante Cataluña. Somos nosotros, pero no es lo que queremos.

Probablemente las acampadas se revitalizarán gracias a tan desgraciados acontecimientos. Lo que está claro es que una democracia se construye y defiende cada día. Hay que participar, hay que implicarse, hay que defenderla. Si crees en y quieres un estado democráctico y social en el que te veas representado por las leyes de su Derecho, actívate y participa.

Un estado así no es una quimera; la democracia no es ninguna utopía. Pero requiere de una ciudadanía militante. Milita.

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